Ni de dinero, ni patrimonio, pero sí de valores que no pueden comprarse. La educación es la base de cada uno de nosotros, el pilar que nunca puede temblar y en el caso que no fuera así… hay que mirar qué ocurre. Eso sí, con paciencia y nunca repartiendo culpas, hay que mirarse a un espejo, no solo para ver lo “imperfecto” que es cada uno, sino para ver lo “perfecto” que somos reconociendo el qué y el cómo. Damos con gente que les sobran muchas cosas, entre otras el saber el qué y el cómo delante de su espejo. Somos tantos en el mundo y debemos tener la obligación de a quién le damos lo más valioso y a quién no: nuestro tiempo. A.M.A.
Amante de las letras en general, aprendiz del día a día, caerte y levantarte, reconstruirse. Diferentes títulos o diplomas, pero eso es papel, da igual cuál o a qué me dedico. Lo importante es que no sea tarde, la vida pasa y somos auténticos pasajeros en tránsito.
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